Pensamiento Cuesa

El protagonismo de la materia
Aquel día el arte no fue protagonista, tampoco lo fuimos las personas. Aquel día el protagonismo fue de los objetos de la casa, de las piezas que incluimos y también de la paella. Las personas fuimos un agente más, nos dejábamos afectar por nuestro entorno y reaccionábamos a él. De la misma manera que lo hacen los objetos, quizás no nos diferencien tantas cosas como pensamos.
Pero, ¿y los materiales? Barro, hierro, papel, grafito, pelo, plástico, aluminio, piedra, arroz,
bioplásticos, pollo, conejo, vidrio, fibras, azafrán, esparto, madera… Todos estaban ahí y
no pasaban desapercibidos, sino que eran un hilo que conectaba todo lo que estaba.
Los materiales tienen más poder del que pensamos, parece que desaparecen al quedar
eclipsados por los objetos que ellos mismos conforman. Pero en realidad siguen ahí, reaccionando al entorno, dilatándose, derritiéndose, combándose, oxidándose, pudriéndose…amenazando a los objetos con la desmaterialización.
En mi primera propuesta hablaba de una humanización de los objetos, fantaseé con la
idea de que todos tenían alma y muchas cosas que contar. Ahora hago justo lo contrario,
¿y si las personas simplemente somos hervideros de actividad en constante pulso con el resto de materiales que también habitan en entorno?