ISABEL MARTÍ_Mujer de sus labores

La elección de la artista Isabel Martí nos sirve de paradigma para visualizar todas esas mujeres que, tras realizar sus trabajos domésticos, trabajan la creatividad artística para resaltar su feminismo, una actividad en la sombra que reclama su espacio artístico. Su ideal feminista les aúpa para no resignarse al rol que , desde antaño, parece anclado y dirigido para las mujeres.

El trabajo artístico de Isabel Martí discurre a lo largo de los años  en diferentes etapas. Si bien la pintura fue la pionera y todavía convive con ella, el reciclaje y la costura forman parte de su elenco artístico.

Queremos poner hincapié en esas dos vertientes foráneas a la pintura como dos elementos propios del cuidado y la atención que las mujeres siempre han desarrollado y que queremos valorar por su respeto a la naturaleza y, por ende, al bien común. Reciclar nos parece una apuesta de futuro que, desde tiempos inmemorables,  nuestras madres  han realizado con el fin de aprovechar los recursos. Recursos, que de lo contrario, se demolerían dentro de un capitalismo consumista, lo que sin duda nos conduciría al abismo.

reciclar sábans vividas

La costura, el arma más poderosa que ha permitido a las mujeres artistas abrirse paso en un mundo acaparado por lo occidental, lo blanco y masculino. La costura y el hilo. El hilo, al igual que el hilo umbilical, nos permite coses, aunar, soldar. El hilo y la aguja han sido necesarios para tejer un “nosotros”, para atar nuestros lazos, nuestros sentimientos en un todo común, lejos de la competencia agresiva e individualista del mercado laboral, un reducto o un efecto deseado del machismo dominante de nuestra sociedad.

fuera de horario

Fuera de horario

La pintura.

La pintura de Isabel Martí nace del trabajo constante y silencioso.  En su recorrido artístico parece caminar sin hacer preguntas, y, a la vez, sin desvelar respuestas concretas. Isabel Martí persigue sus pasos día a día. Se levanta, realiza sus trabajos y siempre pone el empeño en lo que su corazón le dicta, muchas de las veces, por pequeños senderos imprevisibles. Sus resultados no dejan duda, su obra la delata, el trabajo constante le permite soñar. A nivel técnico, trabaja la pintura a partir de tierras y pigmentos. Estos y sus devaneos provocados por las aguadas múltiples son el rizoma de su proyecto. Un proyecto intimista, donde  el cromatismo y las texturas se unen para formar un solo cuerpo, una luz, una mirada…

7291

7291. Murieron en silencio y solos

Venim de la Terra i a la terra tornem

No es un pintora del color, pero sus colores son radiografías de sí misma. El azul celeste, tal vez sublime, lleno de esperanza y de vida; sus ocres terrosos, propios del campo y de la huerta donde se crio; la pureza del blanco, su firmeza, su inocencia; el rosa. La rosa como epíteto de la vida, el prólogo del más allá, un “no te olvidamos”. Todo ello, todos sus colores, contrastando con la realidad diaria de consumo y auto-explotación. Isabel Martí, con sus tintas y pigmentos recrea ese otro mundo, un mundo posible lleno de empatía, de feminismo, de “nosotros”. 

las rosas y el nosotros

RECICLAR LA MEMORIA

La memoria es otro de los sustratos que se puede apreciar en su trabajo. Lejos de un mundo lleno de imágenes, donde la verdad se disuelve y confunde en un mar infinito de información visual, con la memoria, Isabel Martí nos hace reflexionar sobre la otra realidad. Nos retorna al principio. La memoria no olvida, mas bien, nos pregunta y nos cuestiona. Reclama un cuidado con el planeta que empieza por recuperar y reciclar no sólo lo material, también  nuestros valores.

En su quehacer diario, restaura muebles y piezas de antaño para construir su morada y dotarlo de piezas de ahora y de siempre. Como dueña de su hogar, reutiliza cortinas dándoles tintes artísticos, limpia, lija y repinta muebles para alargar su energía. Reciclar como una propuesta de vida. Reciclar para aunar lo artístico y la memoria.

Con el reciclaje Isabel Martí explora realidades interiores. Espacios y tiempos vividos con los suyos. Risas y lagrimas de recuerdos propios, íntimos. Realidades compartidas con el otro. Realidades que una vez cosidas una junto a otra se liberalizan, enviudan, quedan huérfanas de amo y señor para construir un “nosotros”. Las experiencias se universalizan. Se solidarizan.

De esta categoría  destacaría, la restauración de una máquina de coser antigua.

Queremos pan y también las rosas. Homenaje a Helen Todd

Una vez más la costura forma parte de su obra. Una maquina de coser que ella nos presenta vuelta del revés, patas arriba, para reivindicar que sin ellas, nada funciona. “Queremos pan y también Rosas” como ella llama a esta obra, es un homenaje al poema feminista que Helen Todd realizó en 1911 y que luego las activistas estadounidenses utilizaron para reclamar mejores salarios, y también las rosas, un trato más humano.

En definitiva el trabajo de Isabel Martí, reclama un espacio para las mujeres No busca un estatus mejor  ni de dominio, sino un reconocimiento a todo aquello que ellas, desde su posición de compañeras, de madre, de hija o de cualquier decisión que ellas hayan querido desarrollar. Isabel Martí reclama protagonismo.

Aferrarse a los colores de la tierra o del cielo, reivindicar nuestra memoria, nuestra herencia y reciclar nuestros recursos como modo de cuidar y empatizar con nuestro entorno, con nuestro medio natural es el modus operandi de esta artista que se sabe dueña de sí mismo.